La iniciativa se desarrollará en un plazo de dos años con financiamiento del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) y una inversión de $2.905 millones.
Planes de intervención individual, implementación de equipamiento e infraestructura básica productiva y apoyo técnico para mejoras productivas son parte del trabajo que desarrollará INIA Intihuasi en el marco de un programa financiado por el Gobierno Regional que fue aprobado de manera unánime por el Consejo Regional, por un monto de $2.905 millones.
La iniciativa es una apuesta que busca abordar la baja productividad de las vides pisqueras de pequeños productores de la región que han visto mermados sus ingresos debido a los malos rendimientos, desconocimiento en el uso de tecnologías, falta de capacitaciones en manejo productivo, envejecimiento de las plantaciones y a la crisis hídrica.
De ahí la importancia de dar prioridad y apoyar financieramente esta iniciativa, de acuerdo con lo señalado por el Gobernador (s), Wladimir Pleticosic, quien manifestó que “entendemos que esta industria es muy importante, con denominación de origen, arraigada en nuestra cultura, y poder colaborar en la cadena productiva es realmente importante. Hoy dia se está en una producción muy baja respecto a la uva pisquera y eso por supuesto que genera externalidades muy negativas para poder comprar la fruta y producir pisco”.
Pleticosic agregó que si bien se trata de un primer paso, se espera poder seguir colaborando con la industria. “Por eso estamos poniendo recursos en el origen, recursos para ir en la ayuda de los todos aquellos pequeños agricultores que le dan vida a esta industria, para que puedan renovar sus cultivos y desde ahí darle sostenibilidad”.
Mientras que el presidente de la comisión de Fomento Productivo, Pedro Valencia, señaló que “los apoyos se tienen que dar en la pequeña agricultura, en este te caso a los pequeños productores pisqueros (…) hasta ahora no habíamos llegado a los pequeños productores de uva pisquera que tienen menos de cinco hectáreas, creo que es importante que se haya destrabado este proyecto y hayamos aprobado los recursos, nuestra región es la tierra del pisco y mucha gente viene a disfrutar el campo y hoy día está siendo dañado por la sequía, por lo tanto es importante aplicar nuevas tecnologías de riego”.
De acuerdo con los datos obtenidos por INIA, mediante la aplicación de encuestas, se pudo evidenciar que los productores que obtuvieron los mayores rendimientos (durante las temporadas 2020-21 y 2021-22) fueron aquellos que contaban con “riego tecnificado” en sus instalaciones, junto con utilización de portainjertos, plantas obtenidas de viveros certificados y plantaciones más jóvenes con variedades como “Pedro Jiménez” o “Moscatel Amarilla”.
En el catastro realizado se constató la existencia de 6.119 hectáreas (ha), con un rendimiento promedio estimado de 30 ton/ha (temporada 2020-21) y una producción total de 184 millones de kilos de uvas cosechadas, entre 1.490 productores, de los cuales 1.110 corresponden a personas naturales y 151 a personas jurídicas, así como la existencia de 140 sucesiones (en 89 casos no se logró respuesta).
En cuanto a rendimiento, la evaluación realizada arrojó que un 23 % de los productores registran cifras inferiores a 10 ton/ha, bastante más bajo del promedio general indicado de 30 ton/ha.
El seremi de Agricultura, Christian Álvarez agradeció al Consejo Regional por esta aprobación unánime de este proyecto ya que hace referencia a un mejoramiento técnico productivo para el rubro de la industria pisquera y que “abarca aspectos que tienen que ver con el manejo la uva, renovación de plantas y también el manejo de riego, lo cual es muy relevante porque es un rubro que es parte del alma, de la matriz de la región de Coquimbo”.
El subdirector del programa, Investigador de INIA, Francisco Meza, indicó que “estoy muy contento por la aprobación de este proyecto que va a ayudar a más de dos centenares de pequeños agricultores, productores netos de uva pisquera para apoyar lo que es la producción de uva para este destilado, pero con un concepto cultural y patrimonial”.
Meza indicó que es este programa nació como resultado de datos obtenidos de otra iniciativa FNDR que apuntaba a fortalecer la denominación de origen del pisco a través de un sistema de certificación y un consejo regulador al alero de la Asociación de Productores Pisqueros.
