“Nuestro desafío es desarrollar una innovación pedagógica de nivel internacional”, así de ambicioso es el proyecto en que se han embarcado los profesores Rodrigo Gómez, Rafael Muñoz y Álvaro Venegas, del liceo Gregorio Cordovez de La Serena, quienes están desarrollando un laboratorio tecnológico que apuesta en grande.
La revolución industrial 4.0 y los cambios que vienen en la sociedad, la necesidad de contar con personas idóneas para enfrentar estas transformaciones, hicieron que estos docentes pasaran de la conversación a la acción, elaborando la sandbox o caja de arena que observaron en videos de un trabajo investigativo de la Universidad de California Davis (UC Davis) y que se trata de un dispositivo con arena que permite recrear y modelar con las manos por ejemplo, un lugar geográfico con realidad aumentada (AR), convirtiéndose en esta herramienta educativa la única creada en la región.
Pero eso no es todo, ya en el aula están trabajando con tarjetas de AR las que permiten una evaluación automática e inmediata, “los niños desarrollan una idea en base a un producto para usarlo en clases. Se pueden elaborar desde cuerpos geométricos, células, espacios geográficos y estructuras para artes. Es ecológico, no se necesitan guías no ocupamos papel salvo una vez en la elaboración de tarjetas”, señala el profesor de Historia, Álvaro Venegas.
Desde el año pasado las clases de artes se están desarrollando con la realidad virtual, “maquetas para viviendas sociales, equipamiento con uso del software sketcher y realidad aumentada. Hemos elaborado exhibiciones museográficas virtuales en que los estudiantes crearon contenido museográfico, también con la incorporación de código QR en temas de marketing y publicidad en distintos cursos”, comenta el profesor de artes Rodrigo Gómez.
AUTODIDACTAS
Además de colegas los tres profesores cultivan una amistad que les permite poner más pasión a sus emprendimientos en materia educacional, porque están claros que en esta nueva revolución industrial se deben reforzar las habilidades y aprendizajes.
“En nuestras conversaciones pedagógicas en la sala de profesores vimos que faltaban algunos insumos, materiales y actividades. En forma autodidacta fuimos buscando información y juntando ideas”, aclara Gómez.
Se autodenominan AR²: A de Álvaro y R² por Rafael (r1) y Rodrigo (r2) uniendo las letras que conforman la sigla AR de realidad aumentada.
Si bien los tres se desempeñan en áreas distintas, es posible aplicar estas nuevas herramientas tecnológicas en las diversas asignaturas, tal como lo explica Rafael Muñoz, profesor de matemáticas quien lo utiliza en geometría y robótica.
Por ahora, han generado un prototipo artesanal, pero el gran objetivo es lograr prototipos industriales, de modo que los estudiantes puedan convertirse en maker hacedores, creadores científicos, investigadores e innovadores y para eso realizar un proceso industrializado que, permita por ejemplo que “un estudiante del liceo cree lentes, hacer su prototipo negocios y un modelo de venta diferente”, detalla Venegas.
FABLAB 1821
Para el bicentenario del liceo en el 2021, ellos esperan que el laboratorio digital denominado Fablab 1821 esté operativo y que la primera generación de egreso de ese año ya desarrolle un objeto tecnológico.
En el país sólo hay dos laboratorios de esta naturaleza en colegios, uno en Antofagasta y otro en Santiago.
Por ahora han recibido invitación para participar en congresos y ferias de emprendimientos, a fin de compartir experiencias en el área tecnológica y demostrar que nada es inalcanzable.