Image default
Salud

Bombas de insulina cambian la vida de pacientes con Diabetes: “Mi día se basaba en pinchazos y cálculos, pero hoy casi todo lo hace la máquina”

  • El Hospital de Coquimbo es el primer recinto en todo el norte de Chile que entrega este dispositivo a los usuarios, lo que les permite monitorizar la glicemia y administrar el medicamento de forma automatizada.

Samantha Calderón fue diagnosticada con Diabetes tipo 1 a los 7 años, una enfermedad en la que el páncreas produce poca insulina o nada de ella. Como no tiene cura, el tratamiento busca controlar la cantidad de glucosa en la sangre mediante el uso de hasta cuatro inyecciones con este medicamento al día, un proceso en el que primero se deben contar los hidratos de carbono ingeridos, luego calcular las dosis a administrar y, finalmente, inyectar la insulina.

Esta rutina no es algo menor, sobre todo para Samantha, quien a sus 15 años practica halterofilia y es campeona nacional en su categoría, por lo que la independencia es algo bastante importante para ella. Afortunadamente, esta situación ya está cambiando con la bomba de insulina, pues apenas a una semana de su instalación, el dispositivo ya le ha permitido hacer cálculos de forma más automatizada y le ha evitado varios pinchazos al día.

“Antes era más difícil, ya que todo lo hacía yo. Ahora con la bomba, es mucho más fácil porque lo hace casi todo. Igual tengo que ingresar algunos datos, pero es el modo automático lo que facilita la toma. Antes en mi día a día tenía que pincharme, después calcular cuánta insulina ponerme, luego inyectármela, ver si me faltaba volver a ponerme insulina. Básicamente, mi día estaba basado en pinchazos. Realmente ha mejorado mucho mi calidad de vida en una semana con la bomba”, comenta Samantha, la primera paciente en recibirla.

Sebastián Cortés, enfermero a cargo del Programa Bomba de Insulina en el Hospital de Coquimbo, explica que el cambio más importante es que el dispositivo permite mantener a los pacientes en un rango más saludable y reducir las complicaciones de manejo de hiperglicemias (alzas de azúcar) o hipoglicemias (bajas de azúcar). “Durante el día, un paciente normalmente se debe poner insulina cuatro veces, y esta bomba viene con el set de infusión que se instala una vez cada tres días, entonces ya se reducen los pinchazos de la aguja de insulina. También viene con un algoritmo que ayuda a simplificar el cálculo de las dosis, por lo que el paciente solo tiene que contar los hidratos de carbono que va a consumir y la bomba solita va a calcular la cantidad de insulina a utilizar para luego administrársela al paciente”, complementa.

Samantha asistió al proceso de inducción de la bomba de insulina junto a su madre, quien la ha acompañado en todo su camino tras ser diagnosticada con Diabetes tipo 1.  Para ella, este dispositivo es un gran avance en la rutina que ambas llevan a diario. “Es un beneficio extraordinario porque se maneja con un algoritmo. Es automático, es el mismo sensor el que va mandando la información a la bomba y administrando la insulina, entonces si no se necesita, no se administra. Con esto vamos a eliminar mucho las bajas de azúcar y la libertad de ella, porque es una condición que encadena un poco, y hay que decirlo, no hay que romantizar la enfermedad. Ella ha tenido un excelente manejo, y gracias también al equipo de profesionales. Esta bomba es como la guinda de la torta”, agrega.

Hospital de Coquimbo: único recinto en todo el norte de Chile que entrega este dispositivo

Es importante destacar que la entrega de las bombas de insulina forma parte de los insumos que brinda la Ley Ricarte Soto a los pacientes con Diabetes tipo 1, y el Hospital de Coquimbo es el único recinto en el norte de Chile que ha sido autorizado por el Ministerio de Salud para otorgarlos.

“Esta implementación es un acontecimiento histórico para los pacientes con Diabetes tipo 1 en la región, ya que solo en la comuna de Coquimbo más de 300 pacientes viven con esta patología, lo cual es un camino lleno de obstáculos y desafíos diarios. Con este programa pionero seremos capaces de entregar un tratamiento más efectivo para el manejo de su enfermedad, ya que estas bombas permiten una administración más precisa de la insulina, lo que se traduce en un mejor control glucémico y a mediano y largo plazo, una vida más plena y activa”, señala Maricella Cerda, jefa del Subdepartamento de Unidades de Apoyo Clínico y Unidad de Farmacia del Servicio de Salud Coquimbo.

El Dr. Hans Astorga, médico diabetólogo del Hospital San Pablo, también destaca el gran avance que significa contar con esta prestación en el recinto. “Hoy tenemos la máxima tecnología en esta área, que es una asociación entre un sensor de glucosa, que es mucho más avanzado, y un microinfusor de insulina. La gracia de esto es que ambos dispositivos se intercomunican y van determinando de forma automatizada qué cantidad de insulina es la que tienen que administrarse los pacientes, y eso cada día nos acerca más a lo que es el páncreas artificial. Para postular a la Ley Ricarte Soto lo primero que se necesita es tener un equipo multidisciplinario dedicado a Diabetes, sobre todo a Diabetes tipo 1, y el Hospital San Pablo de Coquimbo cuenta con un equipo de enfermería, psicólogo, nutricionista y médico dedicado a esta enfermedad. En este sentido, somos pioneros al ser el único hospital del norte con esta garantía aprobada, tanto para diagnóstico y para seguimiento”.

Esta semana se entregaron las primeras dos bombas de insulina, pero ya son 15 las personas que se encuentran en evaluación para recibirla en el recinto. “Ha cambiado bastante mi rutina diaria y se me ha hecho más práctico, ya que no tengo que andar con el lápiz para arriba y para abajo. Esta es la esperanza de que en Santiago no está todo, que en regiones sí van a pasar cosas y que la salud es igualitaria para todos, no solamente para la gente que vive en la Región Metropolitana. Así que es maravilloso que se atrevieran a mirar al norte”, detalla María Magdalena Letelier, la segunda paciente en recibir su dispositivo.

Cabe destacar que el valor comercial de estas bombas de insulina es cercano a los cinco millones de pesos, y la mantención mensual es de 400 mil, aproximadamente. Sin embargo, gracias a la Ley Ricarte Soto, los insumos otorgados por el Hospital de Coquimbo son completamente gratuitos para los pacientes.