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Neurólogo aconseja como afrontar el cambio de hora

El jefe de la unidad del sueño del hospital de Coquimbo señala que nuevo horario puede generar consecuencias, principalmente en los adultos mayores, los niños y en aquellos pacientes con enfermedades neurodegenerativas

Este próximo sábado 7 de septiembre cuando sea medianoche los relojes deberán adelantarse en una hora, dando inicio al horario de verano que durará siete meses, hasta el primer sábado de abril.

La intención del Ministerio de Energía es que haya amaneceres y atardeceres más tardíos, por ende, con más luz. Sin embargo, este cambio podría provocar un desajuste transitorio en nuestro organismo especialmente en aquellos que se levantan cerca de las 7:00 de la mañana.

El neurólogo y jefe de la Unidad del Sueño del Hospital de Coquimbo, Fernando Molt, señala que “si bien nos podemos acostumbrar a este horario trae consecuencias, principalmente en los adultos mayores, los niños y en aquellos pacientes con enfermedades neurodegenerativas, ya que si uno lo ve desde el punto fisiológico nos estamos levantando en la noche y el cerebro está en su última fase de sueño”.

El especialista explica que al tener una hora menos de luminosidad y de sueño puede generar que los niños se queden dormidos y tengan alteraciones en el comportamiento. “Podría ser normal que el lunes veamos niños durmiendo en los furgones escolares y a personas cansadas e irritables”.

Para evitar estos inconvenientes, el neurólogo aconseja que a partir del día viernes comenzar a levantarse y acostarse unos 15 minutos antes de lo habitual. Si se realiza esto, “se llegaría al día lunes con una diferencia de sólo 15 minutos lo cual nos provocaría menos alteraciones”.

La adaptación tarde alrededor de cinco días, de ahí la sugerencia de comenzar algunos días antes del lunes a levantarse 15 minutos antes de lo habitual. 

Por último, el especialista en sueño señala que en estos últimos años la sociedad ha desvalorizado mucho el sueño, en un cerca de un 30%, producto del quehacer 24-7 que tienen las personas. Sin embargo, ello provoca problemas en la salud.

“La vida actual y el uso de table, computadores y celulares durante la noche inhibe las hormonas propias del sueño, por lo tanto, puede tener un sueño no reparador porque el cerebro lo censa y no logra distinguir que la luz azul que emiten estos dispositivos electrónicos no es luz solar”, explicó.

Por último, señaló que “la hormona del crecimiento en los niños sólo se secreta en una fase del sueño profundo. Es decir, para favorecer la maduración normal de los niños hay que respetar las horas de sueño”.

Se aconseja que los niños deben dormir entre a 8 a 9 horas días, mientras que los adultos de 7 a 8 horas diarias.  

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